14 mayo 2010

Cap. 11 Encontrándolo

Creo que en ese momento entre en un estado de –shock- ya que solo podía pensar en que mis amigos y mi novio se encontraban ahí, no dude demasiado y corrí hacia la puerta de metal, George me seguía pensando –¿Cuál será su plan?- pero no me dijo nada directamente ya que confiaba en que era una buena idea, tome la pulsera y tratando de hacer algo parecido a lo que hizo André, me concentre en Corin y fue cuando los vi en el techo esperándonos con los pelirrojos que solo hacían maromas estúpidas –como si esto fuera un juego- pensé pero subí las escaleras que llevaban al techo y antes de cruzar la puerta, no tenía un plan concreto en mente, pero hice lo que me hacia mi instinto intente abrir la puerta de una patada y lo único que logre fue una pequeña abolladura a la puerta de metal, gracias a estas fantásticas botas, así que opte por abrir la puerta, que es lo que hubiera hecho desde un principio, ya que se abrió con una facilidad que por lo menos prefiero que en las películas les cueste trabajo abrirlas, pero dejando esto a un lado George se me adelanto y salió antes que yo, y lo único que pude ver, antes de que pudiera haber hecho algo, fue desde le mente de uno de los pelirrojos que sorpresivamente era mujer, -y yo pensaba que eran dos hombres- y lo que ella esperaba es que si salía George lo congelaría y si salía yo me rodearía con fuego su hermano, y fue cuando actuó contra de George, -¿Qué oportunidad tenía en contra de los súper gemelos?- George congelado, y yo con algo simple de leer mentes, algo se me tenía que ocurrir –¿Pero qué?.

Así que no fue hasta que empecé a adentrarme en la mente de Corin y él supo que estaba ahí así que el capto lo que debía hacer y empezó a gritar como idiota mientras fingía que le dolía lo que fuera así distrayendo al gemelo lanza fuego que estaba más cerca de él, solo me faltaba la chava, pero ¿Y ahora?, mire a mi alrededor que solo era un cuadro mugriento con puros palos y tablas, -humm-, tome unas viejas tablas que me servirían como escudo y de ahí, mi plan resultaba un fracaso pero salí e inmediatamente se hecho sobre mí, pero no fue que al momento de echarme su "bola de hielo" si es que pudiera llamar así que detrás de mí la puerta volvió a abrirse y para distraerla le avente una de las tablas a su cara, reacciono demasiado rápido ya que la tabla cayó al suelo hecha hielo, y fue cuando Katherina puso en práctica su don distrayéndola fácilmente haciendo que lanzara bolas de hielo por todas partes ya que su "doble" y Katherina misma se movían rápidamente de los lugares a los que iban correspondidas las bolas de hielo, el chavo para ayudar a su hermana le lanzo una bola de fuego que no esquivo pero por suerte le dio en la bota y fue cuando ella se tiró para amortiguar el fuego, Astrid llego y fue cuando la batalla se empezaba a poner de lo mejor, pero ¿Que hacía yo como un espectador mas, en lugar de desatarlos de las malditas sillas?, así que con la tabla que me sobraba corrí para ponerme atrás de la silla de Susan y le fui desatando el cordón que no estaba tan fuerte, se veían las marcas rojas en sus manos de que estuvo forcejeando un rato, la liberé y ella fue a ayudar a Esteban, mientras yo le desataba a André, no podía verlo a los ojos porque si no, no me importaría lo demás y el tendría toda mi atención, lo mejor fue distanciarme, aunque note que en su pensamiento dudó pero se enfocó en desatar a los que faltaban.

Cuando todos estábamos desatados, los gemelos no sabían que hacer por lo que juzgaba en sus mentes se habían quedado sin opciones y sin algo más interesante que ponernos, fue cuando decidieron rendirse, ya que sus otros compañeros nunca llegaron en lo que todos quedábamos libres la chava llamada Carlie se frustraba, porque ella y Charles su hermano, habían perdido contra nosotros que según las palabras de ella éramos unos "novatos-primerizos", y porque su "equipo" le habían dejado todo el trabajo a ellos, así que oficialmente habíamos ganado esta misión, las únicas palabras que dijeron los gemelos al respecto fueron:

-Nos veremos la próxima- dijeron al unísono, eso los hacía parecerse más solo que Carlie tenía los rasgos más finos y hacia que su mirada fuera como la de una leona y el sin embargo parecía agradable, cuando no estaba en acción porque si no se vería como un guerrero, realmente son excelentes los dos.

-Practica más, estuviste a punto de ganarme- y guiñándole un ojo a Astrid desaparecieron por una puerta alterna que había en el piso, que nunca logré divisar.

Estando todos en la camioneta muchos hablaban de sus experiencias, unos se curaban heridas, otros hablaban por teléfono, mientras yo me ponía en mi posición de costumbre con los brazos abrazando las rodillas y me dedicaba a poder apagar por un momento todas las "voces" de mi cabeza, había veces que me abrumaba y este día parecía ser uno de los cuales yo no daba para más, nadie se molesto en hacerme preguntas ya que gracias a Clarice nadie pareció hacerme caso, excepto por una persona que estaba atenta a los movimientos que hiciera con todo y que estaba platicando de cómo encontraron a Corin y de como habían derribado a no sé cuantos tipos este Esteban y él, lástima que no traía mi iPod para desconectarme por completo pero lo único que ahorita me importaba era llegar al hotel a salvo ya que venía manejando este Josh y con él no era muy seguro que digamos.

Cuando llegamos todos a salvo –de milagro- Meester nos estaba esperando junto con los pelirrojos, el tipo que me empujo en la colina –desgraciado, todavía me dolía el golpe- y con un señor alto con lentes y nariz como chueca era su maestro –Felicidades- nos dijo, todo muy contento, al parecer nadie había derrotado a su "equipo", al rato en la cena quería saber todos los detalles, por lo visto harán entrega de medallas por la noche y el será el primero en entablar conclusiones con respecto a nosotros, por lo visto estaba preocupado porque algunos de los miembros de su equipo todavía no llegaban, pero para mí ahorita lo único que quería era descansar.

Mientras los demás estaban comiendo algo, yo me fui directo al cuarto a acostarme en la deliciosa cama, que me llamo desde que entre pero, ¿De qué descansaría?, me puse a pensar, en lo que trataba de conciliar el sueño un rato, pero ¿A caso serví de ayuda?, decidí que como no me dormía no había algo mejor que un delicioso baño, mi cabeza necesitaba despejarse y sentirme limpia después de quitarme un poco de sangre en el cabello gracias a una pequeña herida que el árbol me causó, pero no faltaban unos pequeños moretones y rasguños, de ahí en fuera todo en orden, me sentí mucho mejor después de salir del vapor del baño, sí que lo había disfrutado y ahora creo que si podría dormirme un rato, con la bata puesta y una toalla en la cabeza, puse el despertador a las 9:45pm que era para arreglarme para la cena de las 10 cuando por fin me quede dormida.

Se me había hecho tarde ya que me desperté a las 10 y tenía que escoger rápidamente que ponerme, opte por un vestido rápido y casual de un color azul, que hacia resaltar mis ojos del mismo color y deje que mi cabello rubio se soltara por la espalda, por haberme dejado la toalla caía en suaves ondas, lo cual no hubiera podido hacer si me lo hubiera propuesto ya que tenía el cabello demasiado lacio como para lograrlo, unas sandalias plateadas y mi maquillaje normal fue suficiente como para quedar lista en 5 min –tiempo record-pensé y fui al elevador que se tardo años en llegar, el vestíbulo estaba lleno, todavía no abrían las puertas del comedor así que mientras buscaba a Clarice, André, Julieta o a alguien conocido a todos los que les decía, no me hacían caso, ¡Era como mi sueño!, solo que en lugar de preguntar en donde me encontraba, yo buscaba a alguien más, -un momento- si este es como mi sueño ¿Sera?, lo primero que paso por mi mente era encontrarlo, corrí a la puerta al final del pasillo donde lamentablemente no encontré al hombre de cabello café chocolate, estaba el cuarto vacio, aunque era el mismo, me resigne al encontrarlo vacio y al cerrar la puerta del cuarto, alguien detrás de mi me pregunto:

-¿Me buscabas?- ¿Cómo era posible aquello?, que supiera que yo lo buscaba a él, sabía que era él, que él me estaba hablando pero como si ni el rostro le había visto, ni el a mí, ¿Como sabía que era yo?, y un sinfín de preguntas me realizaba en mi mente cuando por fin decidí voltear, para ver a mi extraño.

-¿Quién eres realmente?- le dije en un tono decidido, mirándolo a los ojos que parecían nubes a punto de llover, de un gris tan intenso que no sabía ni que decir

-Sebástian Ferreyra- lo dijo como si con el simple nombre, yo sabría de que hablaba, pues ¿Qué pretendía?

-No me refería a tu nombre-

-Entonces, ¿A qué?- su tono sarcástico me empezaba a enfadar

-A como se que eres el que sueño- sin más preámbulos supuse de él sabría de lo que hablaba, cuando lo siguiente que me dijo me dejo helada.

-Yo también te soñé - y esto solo hizo que lo único que me importaba saber era quien era en verdad Sebástian.


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