Este parece ser uno de los días más largos de mi vida, no quería dar explicaciones ni nada por el estilo, quería descansar, pero una promesa es una promesa, así que después de decirles que luego les contaría, salimos de la habitación hacia el elevador, toque el botón para el piso 14 que solo eran 3 pisos más que en el que nos encontrábamos, por el espejo del espejo me puse a ver las reacciones de Clarice, parece más preocupada de lo que debería, aunque sinceramente no sabía cuan grave estaba Santiago, pero tenía una idea, se había esguinzado el brazo y tenía un yeso, parecía dormido cuando lo vi en la mente de Erik, pero de ahí nada más, no tenía idea si íbamos a poder entrar, pero cuando se abrieron las puertas del elevador, Julieta se había puesto una chamarra negra con gorra (de las que nos daban para las misiones), arriba del vestido, ya que así, tapaba su cabello perfectamente en caso de que nos descubrieran, Clarice y yo hicimos lo mismo ya que mi rubio es fácil de identificar, y su pelirrojo igual, no hacíamos ruido al caminar, ya que no sabía si alguien lo estaba vigilando, al parecer no, porque no identificaba a nadie que diera esa impresión en su mente, muchos estaban durmiendo o viendo televisión, así como hablando por teléfono, llegamos a la habitación 212 y me detuve, creo que esta conversación era privada y podía bloquearme un momento para que tuvieran privacidad, Julieta abrió la puerta sin necesidad de una llave, su don fue muy útil en este caso y antes de comprobar 2 veces de que no había nadie vigilándolo, Clarice entró.
Quedarse bloqueada no es fácil así que después de que mi "bloqueo" fallo, recurrí a concentrarme en Julieta, la cual se percató y empezó a interrogarme.
-¿Me dirás?
-Creo que eres muuuy intuitiva.
-Gracias a que conozco muy bien a Sebástian, puedo identificar cuando se enfoca en alguien, así que te sentí en mi mente, se podría decir. -Lo conoce muy bien, bueno son amigos ¿No?
-Eso está bien, pero con exactitud ¿Qué quieres saber?
-Quiero saber, por qué están conectados
-¿Qué estamos qué?
-Conectados, aunque no si sea cierto, pero él me dijo que es lo que él creía, aunque obviamente me dijo que no te dijera, pero me valió en verdad, el comprenderá, supongo que planeaba decírtelo.
-No lo creo, creo que no nos llevamos precisamente bien.
-No lo creo, bueno de parte de él no.
-Y eso, ¿Por qué lo dices?
-Todo a su tiempo.- A veces no me gustaba esperar, pero la curiosidad como el dicho "mato al gato", no quisiera ser el gato, pero…
-Por favor- le dije poniendo ojos de súplica.
-No creo que yo sea la indicada.
-¿Cómo es posible de que tú te lleves, muy bien con él, y a mí me trate como idiota?
-Es que por el tiempo que llevo de conocerlo, desde niños, para ser exacta, así que aprendimos a aceptarnos con defectos y virtudes, somos como hermanos, sabes, no creía que fueras a ser tú la del sueño de Sebástian, pero me gusta que fueras tú, desde el encuentro del baño, supe que seriamos buenas amigas, espero que sigamos así aun cuando regresemos a México, -Prométemelo- me dijo.
-Lo prometo.- y en su mente pude escuchar –Como si no nos fuéramos a seguir viendo por una persona en especial-
-Sabes que estoy con André.
-Sí, pero ¿Quién dice que las cosas no pueden cambiar?
-Pues nadie, pero no creo que pase, aparte no sé por qué dices eso, si nada que ver con él.
-Nunca digas nunca- me advirtió y fue cuando Clarice salió de la habitación, con una sonrisa de oreja a oreja, me gustaba verla feliz, y verla así, valió la pena haber venido, regresamos hacia el elevador, cuando se detuvo en el 14, Meester estaba ahí, esperándonos -¿Cómo lo supo?- pensé, así que solo salimos y nos preguntó:
-¿Qué hacían allá arriba?- antes de que pudiera responder Julieta habló:
-Fuimos a mi habitación a pasar un rato.
-Aja, bueno que tengan buenas noches, necesitan descansar de todo- y dicho esto entro en el elevador sin antes ver una sonrisa por su parte, creo que simplemente dejo esta noche que acabara, sin que fuera más pesada y al contrario, hasta le pareció divertido.
-Bueno, aquí yo me despido- dijo Julieta
-¿Por qué no te quedas en nuestra habitación?- le dijo Clarice, yo estaba de acuerdo con la idea, podríamos juntar las camas y listo.
-Me parece bien, no sé si pueda, pero me toco con mi maestra en mi habitación, era la única mujer que sobraba, y no nos dejaron cambiar, así que le preguntare, no creo que allá problema, pero creo que iré sola a verla, lo más seguro es que si, ella no es la típica profesora, así que en unos 15 min regreso, tengo que traerme mis cosas.
-Me parece, te esperamos- le dije y se metió en el elevador, ya bajándose la capucha.
En la habitación Clarice y yo nos dedicamos a quitar el buró, y juntar las camas, no es que fuera una pijamada, aunque podría serlo de cierta manera, no había películas, ni barniz de uñas, ni revistas de moda, ni nada que fuera propenso a ello, pero yo ¿Qué sabia acerca de las pijamadas?, si la única que he tenido fue el año pasado con Georgina mi mejor amiga, que aunque sé que en la escuela no estamos todo el tiempo juntas, es de las que puedo confiar ciegamente, y pues fue muy divertida, solo éramos las 2 en mi casa, así que esa es mi única experiencia en pijamadas, Clarice tampoco, ya que las que organizaba Susan, no era invitada, y de Julieta no tenía idea, se escuchó que tocaban la puerta, y ahí estaba Julieta, con una mano sosteniendo una maleta pequeña y en la otra ¡Revistas!, creo que ella si tenía idea de ello, ya que en la maleta pequeña, tenía algunos barnices, y unas cartas para jugar.
-Sé que no es mucho, pero es lo único que traje, y las revistas son de las que llegue a comprar en el aeropuerto, así que creo que estaremos bien.
No jugamos verdad o reto, ya que pensaban que era trampa que yo supiera las respuestas, aunque las dijeran y de todas formas creo que no podíamos jugarlo, después de que Meester nos había cachado, no quería que esta vez sí nos regañara, por ir a hacer algún reto, así que nos dedicamos a lo típico, hicimos test, nos maquillamos, desmaquillamos, hicimos y deshicimos, jugamos almohadazos y con un poco de música del celular de Clarice, bailamos igual, yo no podía más y creo que las demás tampoco porque cuando nos pusimos a ver la televisión Clarice se quedó dormida, así que Julieta saco una nota que llevaba en la maleta.
-Es de Sebástian.
-No creo leerla, no sé por qué hay mucho lio, por él, ¿Porque solo lo vi en mi sueño, lo encontré, y ahora de alguna manera estamos ligados?
-¡Eso no lo se Vale!, solo me dijo que te la diera.
-¿La leíste verdad?
-Sí, la verdad si, así que es mejor que vayas a verlo, la nota dice que las cosas no se quedan así, y que quiere que se vean en la banquita donde platicaron.
-Bueno, entonces ¿Para qué me das la nota, si ya me lo dijiste?- le dije algo confundida-
-Pues, ¿No te parece romántico, lo de la nota?
-Mejor voy, aunque en realidad no sé qué quiere, pero iré.
-Bueno, yo me iré a dormir- me dijo, aunque no se lo creía, ya que sabía que me esperaría, cuando regresara. Me puse mis jeans, y una sudadera equis, y salí al encuentro, había olvidado cambiarme las pantuflas, pero no importaba, me daba igual, llevaba la llave de la habitación en el bolsillo trasero, e hice el menor ruido posible, ahora si cualquiera me podía ver, pero contaba con mi don para poder esconderme. Pensé en usar las escaleras, pero 14 pisos eran demasiados, así que el elevador fue la única opción, parecía que nadie se encontraba, solo los de la recepción que se caían de sueño que ni parecieron notar mi presencia, vi el reloj que estaba en la salita de estar y decía que era la 1 a.m., -buena hora para citar a alguien- pensé, pero se lo diría cuando lo viera. El ruido de mis pantuflas era un poco perturbador, pareciera que estuviera haciendo algo malo, aunque ¿No es malo, ir a ver a un tipo que no es tu novio, a la mitad de la noche?, lo mejor sería decírselo a André, supongo que lo comprenderá, aparte de que solo vamos a platicar, aunque lo podríamos hacer mañana, pero ¿Qué va a pensar el?, y si no se lo digo, pero y si se entera, todos estos pensamientos estaban atacando mi mente, que ni me fije que ya había llegado a la banquita, me senté y esperé,- que informalidad- pensé, así que me acosté, y como se podía ver el cielo, por que daba al lado de un pequeño jardín, me puse a ver las estrellas, que parecían más grandes esta noche, cuando una voz me quito mi concentración.
-Bonitas pantuflas-
-Gracias, son de manchas de vaca azules- le dije, me senté y luego alce la pierna para que las pudiera ver mejor, en señal de burla.
-Sí, ya me di cuenta- e hizo una sonrisa sarcástica.
-Bueno, ¿Me citaste aquí para burlarte de mis pantuflas y luego llegar tarde o para decirme algo?
-No pensé que vinieras.
-Pues si vine, aunque ¿no pudieras haber esperado en la mañana?
-Si quieres me voy, al fin mi tiempo es muy valioso-
-Como quieras- y me pare de la banquita lista para irme, aunque no quería, tenía curiosidad por saber que pensaba, –me quedo- fueron palabras que salieron de mi boca, pero no de mí, y solo pude ver una sonrisa de satisfacción por su parte.
-Bien.
-¿Me dirás por qué tanta insistencia?
-Pues, quiero saber que pasa, ¿Tu no?, pero lo que en verdad quiero saber es porque nos soñamos.
-¿No hemos tenido esta conversación antes?
-Y tu decías que yo era el raro, ahora que me trato de comportar, tu eres la que está a la defensiva.- me sentí capturada, ya que tenía razón, estaba a la defensiva y lo peor es que sabía la razón.
-LO SIENTO- le dije con cara de niña chiquita a la que acaban de regañar y se tenía que disculpar, porque sus papas le decían que era lo correcto.
-Sabes que me encanta que la gente se disculpe, aunque te falta practicar- bien, ya volvía a tu egocentrismo.
- Creo que me dirás por qué piensas que estamos conectados
-Creo que no supones ni mal, ni bien, pero aun así te lo diré a medias, ya que no esperaste a que yo te lo dijera, y Jul me debe una por decírtelo, así que empezare ahora, para que no me reclames, a lo mejor no puedo leer tus pensamientos, pero puedo leer tus expresiones, así que bueno, no tengo una teoría exacta de por qué la conexión, pero creo que le deberíamos de preguntar a Travis, mi mentor, que también es mi tío, el también es como nosotros, y pues por años de experiencia tiene amigos, más sabios, yo que sé, pero podemos intentar por ahí, ya que le pregunte a Silvia mi entrenadora, porque estuvo presente cuando también tuve ese sueño –como yo, en clase- pero ella no supo que responderme, y decirle a Arik con todo esto de los lastimados, no se me hace prudente, así que ¿Qué te parece?.
-A ver espera- todo fue muy rápido como me lo dijo, pero no quería parecer una tonta y que me lo repitiera y así pudiera usar su frase de "despacio", así que opte por decirle – sí, estoy de acuerdo-
-Ok, pues eso es todo, y la razón de que fuera a esta hora, es que no creo que sea conveniente armarme un lio con tu noviecito, y que luego me prohíba verte ¿No lo crees?- y mientras dijo lo último, se acercó hacia mi e hizo que su cabello se reflejara con el cielo, haciéndolo más café, casi negro, y sus ojos de tan grises, que podía ver un poco del reflejo de los míos, aunque estuviera más chaparrita y le llegara al hombro, eso solo hacía que pudiera estudiar más a fondo sus facciones, su nariz recta y perfecta y sus ojos un poco hundidos, que parecía que no dormía bien, y tenía unos dientes perfectos, que mostraba cada vez que decía algo irónico o sonreía, deje de mirarlo a los ojos porque no quería que me preguntara que estaba pensando.
-Bueno, creo que te podría acompañar a tu cuarto.
-¿Ya no tienes nada más que decirme?- le pregunte mientras el dudaba un poco su respuesta solo me dijo –digamos que no es el momento-
-Bueno, creo que será mejor que yo me valla sola, no nos vallan a ver y…
-¿Puedan pensar algo?, en verdad ¿Te importa lo que la gente diga?-
-No, pero me importa André- y dicho esto me fui sin mirar atrás, no hubieron pasos que me quisieran seguir ni nada, así que me dirigí rápidamente a mi habitación y por suerte cuando abrí la puerta Julieta se había quedado dormida con la tele encendida, yo no podía más y lo único que hice fue cambiarme los pantalones, apagar la tele y dormir.
Lo único que pude recordar de mi sueño era un delicioso olor a café, que cuando me desperté se desvaneció, al parecer estaba sola en el cuarto y me habían dejado una nota que decía: "Fuimos a desayunar, alcánzanos cuando te despiertes". Pues primero, tenía que separar las camas y regresar el buró en donde se encontraba y luego un delicioso baño que no me hacía nada mal, hoy tendríamos el día para lo que quisiéramos hacer y ya sabía lo que tenía que hacer hablar con André.
Después del no-tan-delicioso-baño, y de escoger lo primero de ropa, me baje decidida a buscarlo y contarle lo de ayer, ya que tenía una culpabilidad mínima, pero si quiero que confíe en mí, tengo que confiar en él y creo que diciéndole esto probara que es verdad lo que le decía ayer, entrando en el comedor como ni vi por donde pasaba, me tropecé con una mesita donde ponen las charolas y de no haber sido por alguien que me sostuvo, estuve a punto de hacer un escándalo con todo y charolas.
-Creo que no se te da eso de caminar rápidamente- me dijo Sebástian, que al estar todavía en sus brazos por la casi-caída, me recordó que él fue el que me ayudo también cuando me iba a caer en la fiesta de bienvenida, desde ese momento había sentido incertidumbre por él.
-Gracias por ayudarme esta y la otra vez-
-Sí, de nada pero trata de caminar bien si, no quiero que hagas un oso en frente de todos, mientras nos miran- y se fue, me choca su costumbre de dejarme con todas las dudas del universo, aunque sé que lo exagero pero como me arggg, seguí mi camino sin voltear a ver a nadie en específico, cuando localicé a André, estaba con Esteban y Josh riéndose, así que pensé que era un buen momento pues lo encontraba de buen humor, me acerque mientras saludaba a todos, cuando le dije -¿Podemos hablar?, tranquilo no es nada malo- me aventure a decirle, salimos hacia el pasillo, no es que fuera un gran lugar para hablar así que mejor lo guie hasta la salita de espera de la recepción, donde el con un gesto de ya-dime-ahora, empecé con:
-Ayer hable con Sebástian, después de hablar contigo
-¿A qué hora?
-En la noche
-¿Qué quería?
-Solo hablar
-Solo hablar, ¿Y para que me lo dices?
-Pues para que no hallan secretos entre nosotros y no quiero que por esto si te llegaras a enterar por otra parte pensaras mal, por eso te lo digo.
-Pero bien que fuiste no, en verdad no me molesta que te veas con él, sé que tienen cosas que hablar, pero ¿Por qué de noche?
-Es lo mismo que yo le pregunte.
-Pues esto no me gusta, en verdad trato de comprenderlo pero, acaso no pudiste decirle, mejor mañana o algo así.
-¿Es acaso que estas dudando de mí?
-Ya no sé qué pensar
-Sabes creo que yo tampoco lo sé ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario